Al Director Ejecutivo y a al Junta de Directores de Starbucks:

Estoy profundamente ofendido por su posición corporativa en apoyar el matrimonio entre miembros del mismo sexo y su decisión de librar una guerra cultural contra la moral de la mitad de sus clientes en los Estados Unidos y la gran majaría de sus clientes internacionales. Starbucks esta usando sus recursos para invalidar el matrimonio tradicional en los Estados Unidos y redefinir la institución del matrimonio a pesar de los puntos de vista fuertemente arraigados de sus clientes, incluyéndome a mi. Por lo tanto no comprare nada de Starbucks hasta que cambien sus valores corporativos a que reflejen más los míos.